martes, 20 de noviembre de 2012

Sobre los viajes en el tiempo



Tanto ver documentales y programas en la tele sobre alienígenas que, por cierto, últimamente parece ser que están más de moda que nunca, tenía que traer sus consecuencias ineludiblemente. El caso es que esta mañana, de camino al trabajo, iba yo pensando en hombrecillos verdes y en el por qué de que siempre se les pinte con aspecto humanoide: con cabeza de pera que, aunque presente muy reducidos los rasgos faciales a favor del aumento del cráneo, viene con su correspondiente boca, su nariz casi vestigial y sus dos grandes y oscuros ojos almendrados y, ya por debajo del cuello, con cuatro delgadas extremidades pero, al fin y al cabo, bípedos y extremadamente parecidos a nosotros. La conclusión a la que llegué tampoco es nada nueva y entre los frikis del tema goza de gran aceptación la explicación de que en realidad esos alienígenas con aspecto humanoide seamos nosotros mismos evolucionados y venidos de un futuro más o menos lejano. Todo esto en realidad era lo de menos en mis cavilaciones mañaneras. Lo verdaderamente interesante ha venido a raiz de esa conclusión, al empezar a pensar en la posibilidad de que en un futuro nuestros descencientes puedan viajar en el tiempo y regresar y modificar el pasado.

De hecho, pensado así, en frío y a las tempranas e intempestivas horas de la mañana a las que un servidor va a trabajar, la modificación del pasado es una posibilidad espeluznante que, como mínimo, eriza el vello del cogote y, aunque no sea un experto en la materia, creo recordar que hay ciertas teorías o modelos en física cuántica que predicen la posibilidad de la existencia de infinitas realidades paralelas surgidas como ramificaciones debidas a las posibles resoluciones alternativas de los innumerables sucesos que podrían acaecer en cada momento en una determinada realidad. Es decir, que un determinado hecho podría dar lugar, en un determinado punto del espacio-tiempo, a tantas realidades paralelas o alternativas como formas de resolverse y consecuencias de esas resoluciones fueran posibles. Esta explicación permitiría pues que un viajero del tiempo cambiase su pasado sin consecuencias para su presente pues ese cambio en su pasado daría lugar a otra realidad alternativa que no entraría en conflicto con su propia realidad. De modo que, entonces, para regresar de nuevo a su presente debería, además de viajar otra vez hacia delante en el tiempo, saltar de la realidad alternativa que ha creado al cambiar su pasado a su realidad de origen en el presente. En realidad, visto de este modo, la línea de tiempo de este viajero temporal sería como una especie de bypass o, mejor, una puntada con aguja e hilo espacio-temporal entre la realidad alternativa que ha creado y su realidad de origen.

Así pues, imaginemos que en un futuro la especie humana descubre y se hace con el control de una tecnología que permita los viajes en el tiempo, tanto hacia el pasado como hacia el futuro. Bueno, para empezar, habría que aclarar que ese futuro al que una persona viajaría sería en realidad un futuro ya pasado en otra realidad paralela a la del viajero, al que llegaría desde su propio presente, presente que en realidad sería un pasado no sucedido jamás para un observador situado en la realidad de destino de ese viajero ya que, técnica y estrictamente hablando en cuanto a una única realidad se refiere, sería imposible viajar al futuro de esa única realidad pues aún no ha sucedido (eso obviando el concepto de que, en realidad, la vida es un continuo viaje al futuro a una velocidad de un segundo/segundo y el presente en sí no existe porque YA ha pasado). Del mismo modo, por el hecho de viajar hacia atrás en el tiempo, estarías cambiando tu pasado y, por tanto, creando una ramificación en tu propia línea espacio temporal que daría lugar a una nueva realidad alternativa. Así pues, toda esa maraña de realidades paralelas formaría parte de esas otras dimensiones, además de las 4 que ya conocemos (espacio-tiempo), existentes en el Universo que predice la física cuántica y, para saltar en el tiempo, habría que saltar también en esas otras dimensiones de una realidad a otra.

Bueno, aclarados esos pequeños conceptos, volvamos a esa humanidad que ya controla la capacidad de viajar en el tiempo y, por tanto, entre los hilos espacio-temporales que conforman el tejido dimensional de realidades alternativas. Supongamos que nuestros parientes futuros emplearan un artefacto para viajar en el tiempo a modo de máquina de coser multidimensional y que viajaran a un pasado remoto en la Historia de la Humanidad. Evidentemente, sabrían que ya sólo con el mero hecho de viajar en el tiempo estarían creando realidades alternativas y, por tanto, podrían utilizar esa capacidad para crear y moldear tantas Historias de la Humanidad como se les antojase y, aunque los cambios que se produjesen en cada hilo espacio-temporal estuvieran fuera de su control, siempre podrían regresar para ver como discurrirían esas Historias alternativas. Así, cualquier hecho trascendente para nuestra Historia que haya llegado hasta nuestros días de nuestra realidad (por ejemplo, la existencia de Jesucristo o cualquier sorprendente hecho descrito en las mitologías de las distintas culturas humanas) podría ser explicado por esa intervención externa de nuestros paralelos descendientes.

La primera conclusión a la que llego según esto es que, si realmente lo que llamamos alienígenas son nuestros parientes futuros que controlan los viajes en el tiempo, estos individuos deberían estar muy preocupados en que, en esas realidades paralelas, los Humanos no llegasen a controlar y desarrollar la tecnología que les permitiese a ellos a su vez viajar también en el espacio-tiempo multidimensional pues, entonces, supondría una grave amenaza para su propia realidad lo que, en última instancia, les llevaría a tomar la decisión de aniquilar directa o indirectamente a la especie humana de esas realidades que alcanzasen dicha tecnología o, al menos, erradicar o estrangular cualquier posibilidad de que la alcancen. Esto explicaría por qué en nuestra realidad mucha gente (entre los que me incluyo) tenemos la sensación de que el avance tecnológico se ha estancado y explicaría también sucesos históricos que han contribuído a diferentes estancamientos culturales y tecnológicos del Hombre (como la destrucción de la biblioteca de Alejandría, las últimas guerras mundiales o las diferentes crisis económicas que hemos vivido en las últimas décadas). Además, visto como se las ha gastado hasta nuestros días la naturaleza humana, no dudo de que nuestros parientes en el futuro posean ese mismo afán de manipulación y control sobre sus semejantes que nos caracteriza a no ser que, evolutivamente, su conducta diese un giro radical hacia un comportamiento menos visceral y más "humano" con sus semejantes.

En fin, que después de toda esta retahíla de elucubraciones mentales, me queda claro que cualquier posibilidad que se nos ocurra en cuanto este tema es imaginable y que cada una de esas posibilidades daría para escribir páginas y páginas de una fantástica historia de ciencia ficción y, hasta que los hechos no nos demuestren lo contrario, aquí seguiremos solos en nuestra pequeña y aislada realidad haciéndonos pajas mentales sobre lo que llamamos alienígenas y viendo los resultados en nuestros televisores en forma de películas y documentales. Lo más intrigante de todo es que estos mismos fantásticos argumentos podrían ser utilizados por la propia humanidad (bueno, aquella pequeña parte de nuestra especie que posee los medios económicos y tecnológicos para dirigir el devenir de la sociedad y de nuestra cultura) para hacernos creer que nuestro futuro no depende de nosotros mismos. Sea como fuere, el mismo hecho de que haya escrito esto denota que, posiblemente, lo estén consiguiendo.

3 comentarios:

  1. Leete el Fin de la Eternidad de Isaac Asimov...

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    1. Mire usted por donde que, buscando, buscando, he visto que lo tengo por aquí... al kindl que irá pues

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  2. Es que parece que lo que has escrito ha sido a raiz de leertelo! ya lo comprobarás.

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